"El códice secreto" y "La habitación de ámbar"

He leído estos dos libros en los últimos cuatro días. Lástima que los dos son bastante malos.

La trama de "El códice secreto" pretende ser la búsqueda de un libro oculto... Me imaginaba una especie de "Código Da Vinci" o quizás un librito de aventurillas a lo Indiana Jones. Pero no.

Un exitoso bróker consigue un ascenso con traslado incluido a Londres, por lo que tiene dos semanas de vacaciones para descansar un poco y preparar la transición. Como parte de la ronda de "despedidas y agradecimientos" a los clientes con los que ha trabajado, recibe la petición de desembalar, catalogar y colocar en las estanterías la colección de libros de una acaudalada pareja.

Ésto, que es el punto de partida del libro, ya chirría un poco, como ves. Presuntamente -como descubrimos más adelante- los propietarios de los libros, unos nobles ingleses, lo han elegido porque estudió Literatura en la universidad. Cosa que no tiene ningún sentido, ya que el hombre se ha dedicado toda la vida -canta conmigo "la vida es una tóm-tóm-tómbola"- a las inversiones, a las acciones de bolsa y cosas así...

El caso es que el protagonista se siente misteriosamente atraído por la tarea de catalogación y acepta el encargo. La biblioteca fue trasladada desde Inglaterra antes de que empezaran los bombardeos de los alemanes durante la segunda guerra mundial, con la intención de poner a salvo los libros. Pero los libros no llegaron nunca a desembalarse y permanecieron en la planta superior del lujoso apartamento americano, completamente olvidados para la familia.

Los libros son de gran valor, muy antiguos. El trabajo manual reconforta al protagonista, pero tras unos días, recibe órdenes del conde de dejar el trabajo. Sin embargo, la mujer del conde, le indica lo contrario.

Las indicaciones contrarias por parte de la pareja de nobles multimillonarios ingleses es la base de la trama, ya que parece que están enfrentados y el códice serviría como arma a la mujer para atacar a su marido.

Pero recordemos que estamos hablando de un libro de finales de la Edad Media y principios del Renacimiento. ¿Cómo puede un libro con cientos de años de antigüedad servir como arma en una pelea matrimonial? El autor del códice, además, no es un personaje conocido ni relevante incluso para los expertos medievalistas. El códice, por lo que se cree, no existe. La información relativa al libro "secreto" proviene de una joven doctoranda que está realizando la tesis y con la que el protagonista topa por casualidad, mientras busca información sobre el autor del libro que le han encargado buscar. El personaje de Margareth Napier es quizás el único que me ha gustado del libro, pese a ser completamente insulso.

El caso es que, al final, encuentran el códice secreto, desmembrado y oculto en el interior de las cubiertas de algunos libros de la colección. Sin embargo, el libro guarda más secretos. Uno de los misterios relacionados con el códice tiene que ver con la caída en desgracia del autor, que debería haber llevado una vida acomodada y que acabó trabajando para un noble "de provincias". Pero como todo ésto sucece en la edad media (sobre el siglo XIII), no hay demasiadas pistas sobre qué es lo que apartó a Gervase de Langford de su previsible carrera de éxito. Siendo como es un autor secundario hasta para los expertos interesados en la literatura medieval, tampoco hay demasiada gente que se pregunte qué paso, si es que pasó algo o si fue simplemente, mala suerte (de nuevo, canta conmigo: la vida es una "tóm-tóm-tómbola"....)

Observando el códice, algo les llama la atención: las letras iluminadas (las que tienen dibujitos alrededor, por decirlo de alguna manera) no parecen tener una ilustración acorde con el texto que las rodea, como suele ser habitual. Así que Margareth las escribe en un papel y, después de darles muchas vueltas, ve que acaban formando el nombre de Gervase. Al colocarse en el orden correcto, los dibujos forman una historia propia, como un cómic. En éste cómic se descubre el motivo por el que Gervase cayó en desgracia: en realidad, fue él quien dejó de lado su carrera de éxito porque se enamoró y tuvo un hijo con la primera duquesa de Bowmry. El hijo fue criado por el duque creyendo que era su propio hijo, así que Gervase decidió quedarse allí, en provincias, para poder estar con su amada y con su hijo, pese a tener que mantenerse siempre en la sombra y sin poder mostrar abiertamente su amor. A través de la literatura Gervase dió rienda suelta al dolor de permanecer tan cerca - y a la vez tan lejos- de sus seres queridos, aunque a través de alegorías caballerescas medievales de búsqueda del grial y otras cosas por el estilo. Como es normal, el resultado era bastante surrealista y poco comprensible -sin saber qué es lo que había pasado en realidad- por lo que los eruditos medievalistas pensaban, simplemente, que el libro era una basura.

El descubrimiento del códice, del mensaje oculto en las letras y la historia de Gervase deberían ser el punto culminante del libro, pero el autor los ventila en un plis-plás; de hecho, ni los personajes del libro parecen demasiado emocionados por el descubrimiento.

Al final, resulta que ésa historia secreta de Gervase es lo que la actual duquesa podría utilizar en contra del duque, revelando que su linaje no es tal y que en realidad es hijo de un bastado.

Quizás es que yo no tengo pasado noble y por tanto no alcanzo a ver las implicaciones de una cosa así, pero... ¿tan grave sería? Supongamos por un momento que realmente fuera peligroso para el duque que se descubriera que en realidad no pertenece al linaje de los Bownry. ¿Siendo como es un hombre extremadamente rico, no sería mucho más sencillo, rápido y seguro hacer que los libros de la biblioteca "sufran un desgraciado accidente" y desaparezcan? Aunque el valor de los libros debe ser elevado desde el punto de vista económico e insustituibles por su rareza, han permanecido olvidados en un apartamento durante décadas, lo que parece indicar que al duque no le van mucho los libros...

El libro tiene muchas otras cosas inverosímiles. El protagonista se engancha a una especie de juego informático que "flota" por la red y que nadie sabe exactamente quién lo ha creado. No parece haber reglas, un objetivo... Sin embargo, en cierto momento del libro, el protagonista se une a una "LAN party" -¡organizada en las oficinas de una empresa!- que parece indicar que el juego es una especie de Doom o Counter Strike de ambientación fantástica medieval... Pero en otros momentos del libro el juego es algo similar a una aventura gráfica.

En resumen, "El códice secreto" tiene una trama muuuuy floja, mal presentada, con unos personajes totalmente absurdos y que no engancha en ningún momento.



En cuanto a "La habitación de ámbar", la cosa mejora un poco. En la portada ya comparan al autor con Dan Brown, así que está claro que el libro es uno de los múltiples clones que aparecieron por el efecto "El código Da Vinci". La idea, de nuevo, es sencilla: en los últimos días de la segunda guerra mundial, los nazis intentar esconder la habitación de ámbar, pero ésta se pierde. La habitación de ámbar existió y se perdió realmente, así que la mezcla de realidad y ficción es un ingrediente más, como en "El Código Da Vinci".

El problema es que en este libro, falta un personaje principal. En "El código..." el lector puede tomar la mano de Robert Langdon y acompañarlo a través de toda la historia. Pero en "La habitación de ámbar" no es así.

El libro comienza con una imagen de un campo de concentración, donde Karol Borya, un prisionero ruso es obligado a torturar a unos soldados alemanes acerca de la ubicación de "la habitación de ámbar". El libro avanza a la actualidad, donde encontramos de nuevo a Karol Borya, convertido en un anciano de 83 años. Sobrevivió al campo de concentración y emigró a América, donde rehizo su vida como Karl Baxter. Tiene una hija que ha llegado a juez, separada hace tres años. Tiene dos nietos y se lleva bien con su ex-suegro, un abogado especializado en herencias. Espera que antes o después su hija se reconcilie con su ex-marido y por lo general, lleva una vida corriente para alguien de su edad.

En las noticias escucha que un empresario americano va a dirigir una expedición a Alemania en busca de pinturas y otros tesoros artísticos robados y ocultados por los nazis al final de la segunda mundial. A partir de aquí, como es normal, las cosas se lían.

Aparece un "recuperador" de obras artísticas preguntando por el entrañable ruso y lo mata. A partir del testamento, se descubre que Karol ha estado siguiendo la pista de la habitación de ámbar desde hace más de cuarenta años y le pide explícitamente a su hija que no se involucre, que es peligroso. Junto al testamento descrubren unas pocas cartas intercambiadas con otro anciano, con el que Karol parecía compartir el secreto de la ubicación de la habitación de ámbar.

La hija de Karol, la jueza, decide ir a buscar al "amigo" de su padre, aunque perdieron el contacto hace años y pudiera ser que estuviera muerto. Así que coge un avión y se va a Alemania. A todo esto en la narración aparece una segunda "recuperadora" de obras de arte, rival del señor que mató al anciano (haciendo que pareciera un accidente). El anciano no revela nada sobre la habitación del ámbar antes de morir, el asesino decide contactar con la hija -la jueza- para averiguar si sabe alguna cosa más sobre su ubicación. Pero resulta que se ha ido a Alemania, así que decide seguirla. A todo esto, la recuperadora rival, al haber perdido la pista en el aeropuerto, hasta donde fue siguiendo a su rival, contacta con el marido de la juez. Le explica una historia semi-cierta sobre la identidad del asesino y los motivos por los que su mujer podría estar en peligro con el objetivo de conseguir información sobre su destino. El ex-marido de la juez le muestra las cartas y le explica que su ex-mujer ha ido a Alemania a buscar a un antiguo amigo de su padre. Así que la recuperadora rival se va para Alemania siguiendo la pista.

Pasados un par de días, al no tener noticias de su mujer, el ex-marido decide también irse para Alemania, a buscarla.

En este punto estamos aproximadamente a mitad del libro. El anciano Karol Borya, con el que empezamos el libro y que parecía, de algún modo, el hilo del que tirar para encontrar la habitación ámbar, muere (es asesinado). La aparición de la recuperadora rival parece apuntar -al menos, así me lo pareció- a que ella podría ser la protagonista del libro, ayudando a la familia a "vengar" al padre, recuperar la habitación de ámbar, etc... Pero cuando llega a Alemania vemos que, pese a la crítica previa -en una charla con su jefe- de los métodos violentos de su rival, ella es igual de sanguinaria (raptando al nieto del "amigo" de Karol y pegándole un tiro a bocajarro en la nuca al viejo una vez que lo ha utilizado para sus fines).

Así que, una vez más, el lector se encuentra sin un personaje de referencia, nadie con quien identificarse o a través del cual ir siguiendo la historia.

Tras la muerte del anciano (con el que el primer anciano se carteaba), la policia entra en acción, pero ténuemente: tienen una descripción de una mujer joven y poco más, ninguna pista para seguir, en realidad...

Los personajes de la jueza y su ex-marido van de un lado para otro, sin saber nada de la historia, llevando a los recuperadores-asesinos a sus objetivos. De hecho, tú como lector sabes mucho más que los personajes, de manera que no puedes identificarte con ellos (los ves como unos panolis que no se enteran de nada). La imagen mental que me ha venido a la cabeza es que son como una bola en un pinball, rebotando entre otros personajes que saben más que ellos, llevados de un lado para otro impulsados por unas circunstancias que no controlan.

La juez y su ex-marido apenas conocen la existencia de la habitación de ámbar. Por encima de ellos, los dos ancianos rusos, con conocimientos más o menos extensos, pero siempre indirectos, a través de informes, de pistas escritas: dos ratas de biblioteca. Más allá, los dos recuperadores, agentes de campo, acostumbrados a seguir rastros y a borrarlos, aunque éso suponga la muerte de alguien. En el horizonte, intocables en sus castillos de poder y sus reputaciones intachables, los verdaderos maestros del juego, los dos coleccionistas que llevan persiguiendo durante años la habitación.

El problema del libro es precisamente éste: que los personajes en primer plano -que no protagonistas- son un par de peones en este ajedrez. Después de la muerte del amigo de su padre y de estar ella misma a punto de morir, por fin parece recuperar un poco la cordura y quiere volver a casa. Sin embargo, es entonces cuando el marido, que siempre ha sido extremadamente conservador, decide ponerse el mundo por montera y se lanza a la aventura.

La pareja se pone en contacto con el empresario que está excavando en busca de los tesoros nazis. Pero de nuevo el buscador de tesoros sabe mucho más que ellos y los utiliza para sus propios fines...

Al final, como no podía ser de otra manera, encuentran la habitación del ámbar -aunque casi diría que por casualidad- y hay final feliz. Poco más que contar.

A diferencia de "El códice secreto", creo que la historia tras "La habitación de ámbar" es buena, o potencialmente buena; pero en mi opinión, le falta un personaje protagonista, alguien que conduzca al lector a través del libro. Me pregunto porqué el autor hizo que la hija del ruso fuera juez y su marido abogado; no aporta nada, o muy poco (de manera inesperada, el hecho de que el ex-marido sea abogado ayuda tangencialmente hacia el final del libro). Además, resulta que el marido trabaja en un museo como voluntario, si no recuerdo mal. Sus padres habían formado parte del consejo de administración del museo. ¿Tánto hubiera costado que este hombre, en vez de abogado, hubiera sido historiador o algo por el estilo? En un subidón de adrenalina -o de locura transitoria- sería mucho más lógico que le diera por hacerse el héroe a lo Indiana Jones en cuanto empieza a morir gente a su alrededor... Pero ¿un abogado? ¿Un experto en herencias? ¿Alguien que no ha salido de Estados Unidos mas que para ir a París por un asunto del museo? (Lo de la jueza, siendo benevolente, lo podemos achacar al shock por la muerte de su padre, pero vamos, que incluso así, lo veo muy justito...)

En cualquier caso, como decía, la historia es aprovechable, pero está mal ejecutada.

Al final, un par de libros de esos de relleno para las estanterías, o carne de cañón para los mercadillos de domingo... Si no hubiera sido por el éxito de "El código Da Vinci", nunca se habrían publicado, probablemente.

El siguiente, también prestado, "El poder del perro". El tema me echa un poco para atrás, pero parece que es muy bueno... Ya veremos qué tal...

Tengo que conseguir Sunset Park, de Paul Auster...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
De acuerdo camarada!!! el libro de lev grossman me defraudó bastante....es bastante raro que un libro me aburra y me desinterese....no tiene emoción, no me hizo adicto este libro a sus páginas...personajes bien idiotas....ojalá que nadie lea este libro....los hay mejores....
Xavi Aznar ha dicho que…
@Anonimo: Veo que coincidimos en la opinión sobre el libro.

Un saludo!